martes, 3 de julio de 2012

Rabietas en chamos ... que hacer

      En algunas ocasiones, un niño, que no consigue algo que quiere, comienza a llorar, gritar, patalear y se tira al suelo. Eso es una rabieta. Dicho de otro modo, las rabietas o berrinches son comportamientos coléricos mediante los que el niño manifiesta su incapacidad para hacer o conseguir algo que desea. Se consideran una parte normal del desarrollo del niño de 1 a 3 años y la tendencia es a la desaparición hacia los 4 años.

¿Por qué se producen?

     Su origen suele estar en un conflicto entre los deseos de autonomía del niño y las limitaciones que se le imponen a una edad en la que no posee un desarrollo suficiente del lenguaje, para poder expresar con palabras sus necesidades o sentimientos. Hay factores que pueden facilitar su aparición como el sueño, el hambre, la incomodidad o el estar enfermo. Muchos niños siguen teniéndolas porque tuvieron éxito con rabietas anteriores.



¿Qué se puede hacer para evitarlas?

      Intentar evitar las situaciones y circunstancias que puedan ser fuente de frustración o facilitar la aparición de rabietas, como hambre, sueño, etc.

      Establecer normas razonables, claras y coherentes y no cambiarlas, para que el niño conozca perfectamente donde están sus límites. Esto es absolutamente clave: el que algo se pueda o no se pueda hacer, no debe depender del humor que tengan en ese momento los padres. Las reglas deber ser siempre las mismas y también independientemente de que quien esté en ese momento al cuidado sea el padre o la madre.

      Reforzar los comportamiento positivos. Es decir, entre otras cosas hacerle caso y alabarle cuando su conducta es la adecuada. Es niño busca la atención de sus padres y si la consigue sobre todo cuando hace "cosas malas", le estaremos indicando que ese es el comportamiento que debe repetir para conseguir que le dediquemos más tiempo.

      Enseñarle a verbalizar (expresar con palabras) sus sentimientos y a encontrar formas adecuadas para expresar su ira o su frustración.

      Enseñar con el ejemplo, evitando gritar o discutir delante del niño. El niño pequeño aprende directamente de los padres también cómo responder ante los conflictos.

      Siempre que sea posible, ofrecer al niño la posibilidad de elegir entre varias opciones disponibles.
      Avisar al niño, con tiempo, cuando vaya a producirse un cambio de actividad para que pueda prepararse e irse haciendo a la idea.



¿Cómo actuar ante una rabieta?

       Lo más importante es mantener la calma y el control (cosa nada fácil). No regañar, gritar ni zarandear al niño porque, además de no solucionar nada, genera más inseguridad y constituye un mal ejemplo. Tampoco hay que intentar razonar con el niño, porque en ese momento no nos escuchará. Por supuesto, no debe concedérsele lo que quería, para no reforzar su conducta, como tampoco conviene ofrecer premios o recompensas para que abandone su rabieta.

      En las fases iniciales, un pequeña dosis de humor y, si es posible, intentar distraer al niño desviando su atención hacia otra actividad u objeto, pueden ser de mucha utilidad.

      Si no se logra controlar la rabieta, y la situación lo permite, se puede adoptar una actitud de indiferencia y hacer como que se ignora la conducta del niño, para lo cual no debe manifestarse enfado, ni deben hacerse promesas o proferir amenazas. Porque el niño, con la rabieta, pretende llamar la atención y si hacemos todo eso, aunque no consiga aquello que motivó el berrinche, de algún modo habrá salido ganando y, sin querer, podemos reforzar ese comportamiento o sea le "enseñaremos" a tener más rabietas.

      Es conveniente darle un "tiempo de enfriamiento". Si se encuentra en casa, llevarle a su habitación y aislarle de toda actividad durante unos minutos, retirando aquellos objetos que puedan resultar peligrosos, puede ser una medida útil (como regla para calcular el tiempo puede sumarse un minuto por cada año de edad). En ese período no hay que hablarle, regañarle, amenazarle, etc.

     Si la "escena" ocurre en un sitio público, procure llevarle a un sitio tranquilo y si fuera necesario contenerle físicamente porque presente una actitud violenta, procure sujetarle pero sin hablarle ni mirarle.

    Una vez que se ha pasado el berrinche, no se le debe castigar ni gritar, sino darle seguridad y afecto, pero sin mimarle en exceso ni darle ningún tipo de premio, explicándole lo inadecuado de su comportamiento.


Besos...

Dra Laymel Nuñez Sanchez
Pediatria Puericultura
Adolescentologo
Consejero de Lactancia

domingo, 1 de julio de 2012

Control de Esfinteres... trabajo de años


      Todos los padres nos angustia esto, en Venezuela en particular el alto costo de los pañales, todos no sentimos tentados de retirarlos lo mas pronto posible, cosa que a veces es peor para nuestro hijo, lo que debemos considerar, es quizas el hecho de que esto lleva años y el control por completo lo logran a los 6 años, asi que lo mejor que puedo decirles madres es... PACIENCIA.

¿A que edad mi hijo debe dejar los pañales?

      Los niños pueden dejar los pañales cuando están maduros para hacerlo, biológica, psicológica y afectivamente. Por lo cual se toma un período entre los 2 y 3. Ya que cada niño y sus circunstancias son particulares y se desenvuelve dentro de un entorno sociocultural que lo determina. Un niño controla esfínteres, deja los pañales, cuando él retiene y deposita su orina y su pupú cuándo y dónde desee y no cuando y donde le indiquen (control sobre nosotros los padres). Por lo tanto hay que esperar su propio tiempo.

      Los niños van dando señales a medida que recorren el proceso que los lleva al control. Este proceso se inicia desde el mismo momento en el que el niño nace y transcurre y se construye en relación a los demás y a los cuidados que recibe de los otros, o de otro, y de la forma en que este o estos lo hacen. Los niños que se relacionan satisfactoriamente con su entorno primario, llámese familia, jardín maternal, dan señales a través de su conducta sobre lo que está sucediendo a nivel interno, en su evolución.
      Por lo general comienzan diciendo PI PI... cuando ya se hicieron. Este primer indicio es muy importante ya que es una manifestación acerca de su incomodidad, que nos dice que algo ha cambiado, que ha evolucionado. Ahora no es todo lo mismo, su cuerpo, el pañal, la caca, son cosas diferentes y el niño percibe su piel como límite y su caca, en el pañal, como el afuera. 
      El indicio siguiente más probable es que lo veamos quedarse quieto, su cuerpo crispado, tenso y diciendo PI - PI o pupú mientras se hace en el pañal. El paso que sigue es que nos avisa y al llegar al baño aún no hizo en el pañal.
      En estos momentos que hemos simplificado, para poder visualizarlos mejor y puedan servir como una pequeña guía orientativa, es sumamente importante la actitud del que acompaña o de los que acompañan a este niño en su vida diaria.
 
 

¿Qué debo hacer para acompañarlo en esta etapa?

      Todos los aspectos del desarrollo de cada niño están relacionados entre sí y es muy importante que conozcamos esto. Entonces debemos saber que mirarlo a los ojos es parte fundamental en la construcción de su YO, como lo es acariciarlo suavemente, transportarlo, manipularlo con delicadeza y seguridad y hablarle en relación a lo que sucede o va a suceder. Son todas actitudes y acciones que sostienen al niño y van acompañándolo y facilitándole la formación de sus propios límites como persona psíquica y física. Esto es esencial para formar el lugar, el continente, el "envase" donde luego el pueda guardar sus producciones como el pipi o el pupú. En síntesis hay que responder a sus demandas en tiempo y forma, registrar sus avisos y poner en palabras lo sucedido.

      A continuación explicación de cuatro etapas que el niño irá experimentando y cómo se lo debe acompañar en cada una de ellas:

1- Si ya se ha hecho en el pañal le decimos que ha hecho pipi o pupú y que podemos o puede ir solito en busca del pañal y disponer las cosas juntos para cambiarse/lo. Es importante que este momento sea de a dos y no hacerlo como si fuera un simple "paquetito".

2- Si nos damos cuenta por su actitud que está haciendo, ya que no siempre lo dice, lo miramos y también hacemos referencia... "Juan, María, ¿estás haciendo pipi o pupú ? Bueno... ¿Quieres que cambiemos el pañal? Se debe decir con naturalidad y sin presiones ni comentarios como ¡UYY, casi llegás!...

3- Cuando avise y llegue al baño con su pañal limpio, simplemente le decimos "¿vas a hacer pipi o pupú ?" y lo ayudamos en la medida que nos pide. No lo abrumemos ni atropellemos haciendo todo por él.

4- Finalmente podemos observar cuando se despierta por la mañana con su pañal seco por varios días seguidos y durante el día él ya está avisando, éste será el momento propicio para cambiar juntos el pañal por ropa interior . Habrá sido un proceso natural y relajado vivenciado como un logro donde en un ambiente calmo y contenedor ha acompañado a un hito importante en su desarrollo.


¿Debo volver a los pañales si noto que no hay ningún progreso?

      Si hemos acompañado y registrado adecuadamente el proceso, entonces sabemos que no debemos quitárselos sino que ellos van a dejarlo. Por lo cual es muy poco probable que no haya progreso si hay registro de las necesidades generales del niño, que involucran todos los aspectos de su cuidado. Puede pasar que cambios importantes en su entorno, como mudanza, accidentes, viajes, llegada de un hermanito perturben al niño y pueda tener un retroceso, probablemente pasajero. Si no lo fuera deberían los papás tener una consulta con un profesional.

¿Debo preguntarle a mi hijo si quiere ir al baño?

      Un niño que recorre su propio camino y va sintiendo sus necesidades, incomodidades y sensaciones, es un niño que va a pedir o avisar que quiere ir al baño. No es bueno preguntarle porque provocamos una situación de dependencia, donde el niño se desentiende de sus vivencias internas y deja el control en manos del adulto que acompaña. Esto generalmente también se desplaza a otros aspectos o necesidades, porque muchas veces hay un adulto muy ansioso que hace, interviene, digita, da, antes de que el niño demande.

      Sí podemos preguntarle, si quiere ir al baño cuando lo vemos en actitud y entonces lo que estamos haciendo es poner en palabras lo que le sucede, la situación, le ponemos un nombre a lo que le pasa en ese mismo momento.

¿Debo retarlo si se hace pipi?

      Bajo ningún concepto se debe retar o afligir a un niño porque no ha podido controlar su necesidad de evacuar. Deberíamos repasar lo antes mencionado y fijarnos qué puede estar sucediendo desde los adultos y desde el niño.
 
 

¿Debo recompensar a mi hijo cuando no se hace pis y pide ir al baño?

Tampoco. Sí, debemos estar atentos y acompañarlo, recordándole que si necesita algún tipo de ayuda puede contar con su mamá o papá o quien lo cuide. Debemos tener presente que es un momento de intimidad y no de fiesta y debe ser tomado con naturalidad.

¿Es correcto el uso de pañales tipo ropa interior?

      Puede ser un paso intermedio antes de dejar el pañal convencional, pero el niño ya debe estar listo para bajar y subir la pseudo ropa interior por sus propios medios para afianzar su seguridad y autoestima. Por lo tanto sugerimos que se incorpore al final del proceso.
Cuando los niños caminan ya no les gusta que se los acueste y se ponen muy molestos o enojados, por lo que sería conveniente cambiarlos parados donde ellos puedan colaborar más y mejor, afianzando su sensación de que son capaces de hacerlo casi o sin ayuda.

¿Es correcto el uso de vacenilla?

      Cuando los niños expresan de distintas formas que no les agrada el inodoro es una alternativa válida, siempre y cuando sea el niño el que demuestra esta necesidad y debe estar circunscripta su uso al ámbito del baño. No en otros lugares de la casa ya que el baño será siempre el lugar para sus necesidades.

¿Existen diferencias entre niños y niñas para que dejen los pañales?

     
      Si, las niñas tienen tendencia ha lograrlo antes que los varones (algo común es otras áreas del desarrollo como el habla).


¿Y qué pasa con las heces?

      Nada en especial. Cuando un niño está preparado, maduro para controlar sus esfínteres puede controlar tanto el pipi como el pupú, pero logran antes es el control vesica o sea del orine.

Otras recomendaciones:

  • Crear un ambiente relajado y tranquilo en el baño.
  • Primero se inicia el control de pipi en el dia, y luego durante la noche.
  • No etiquetar a nuestros hijos como el "Meón este o fulano controlo antes".
  • No exigir, enseñar y dejar que el bebe tenga su propio ritmo.
  • Utlizar refuezos positivos, como premios.
  • Anotar los horarios de orine y pupú por una semana, para tener mas o menos una idea de cuales son sus horas.
  • Se entrena retirando el pañal, asi se tenga que cambiar cada rato y se debe colocar en el bañoi (con su adaptador acolchado) maximocada 2 horas y no regresar al pañal.
  • Ser pacientes y perseverantes.
  • Ir paso a paso.
  • Tener sentido del humor.
  • Ropa facil de quitar.
  • No usar la violencia.
Saludos...

Dra Laymel Nuñez Sanchez
Pediatra Puericultor
Salud y Desarrollo del Adolescente
consejero de Lactancia